¿Qué tan ecológica es tu ropa?

Qué tan “verde” es un producto, es algo que va más allá de las fibras con las que está hecho. Se deben tener en cuenta los materiales utilizados para fabricar el producto y cómo se comporta el proceso de producción con el medioambiente. Eso incluye la decoloración, la impresión y técnicas de acabado, e idealmente, también se debe tener presente lo que le pasa a ese producto al final de su ciclo de vida.
En el futuro, una solución cercana sería probablemente las aplicaciones o códigos QR que permitirían a los usuarios, escanear la etiqueta y así aprender sobre la historia de la prenda, el proceso de producción y los materiales, antes de tomar una decisión. Como no sabemos si este mecanismo ya esté en marcha en algún lugar del mundo, por ahora, lo mejor que un consumidor puede hacer, es valerse de suficiente información para tomar la mejor decisión. Algunas formas de hacerlo son:


1. No hagas caso de las exageraciones de marketing.
Frases como “amigable con el medio ambiente” suenan muy bien, pero en realidad no hay ningún criterio vinculado a tales términos vacíos de marketing. Es mejor buscar certificaciones como la por ejemplo la lana certificada FSC.
2. Echa un vistazo a lo que significan las certificaciones.
No todas las certificaciones son iguales, algunas se inventaron sólo para ayudar a “pintar de verde las campañas de marketing”. Esteíndice de etiquetas ecológicas ofrece una lista completa de certificaciones y etiquetas, además de que explica lo que significa cada una.
3. No descartes los tintes.
Al comprar ropa teñida, asegúrate de que la etiqueta indique que fueron usados colorantes naturales, no artificiales.
4. Piensa de donde viene tu ropa.
Comprar ropa que esté hecha de algodón 100 por ciento orgánico suena muy bien, pero si se hace para medio mundo, piensa en lo que se necesita para conseguir que el producto te sea entregado. El compromiso de comprar ropa fabricada localmente usando materiales locales cultivados, es tan bueno para el medio ambiente como para la economía de tu sector.
Más allá de la compra
Cuando hayas terminado de usar tu ropa, ya sea porque no se adapta a tu estilo de vida o no encaja o está pasada de moda, todavía hay maneras de evitar que se convierta en desecho para el medioambiente. En lugar de tirarla a la basura, dona ropa usada en buen estado a un refugio local o de tipo caridad. También puedes buscar otros usos para ella, como por ejemplo convertirla en relleno de una cama para perro o un paño para limpiar. (Ver Cómo reutilizar la ropa vieja)
Recuerda que el compromiso con el medioambiente en el vestuario va más allá de lo que se compra. Hay que tener presente cómo lavas la ropa. Piensa en detergentes amigables con el planeta y cuando sea posible, considera secar la ropa en un tendedero en vez de la secadora. Ahorrarás energía, la ropa durará más tiempo y el planeta te lo agradecerá.